Neues Schloss, Stuttgart.
VIII
De pronto, mediodía.
Y se olvida el camino que trajimos
y aquel, acaso anhelo.
Más allá de los puentes
alta, sobre la tierra prometida,
la ciudad cegadora se agrupaba
lo mismo que un cristal innumerable.
Jardines levantados
sobre la brusca margen de rompientes,
jardines intramuros recogiéndose,
asomaban follajes hacia el mar.
Allí, los nobles eucaliptos
-ya, casi piel, de tierna, la corteza-
descansa en paz el extranjero muerto.
Jaime Gil de Biedma, Las afueras (VIII) , en Las personas del verbo (Compañeros de viaje, Ayer)
Barcelona, Galaxia Gutemberg, 2006.
H.
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