sábado, 2 de febrero de 2008

Lectores

Leer según la R.A.E. (la transcripción y el collage es nuestro) :

(Del latín legĕre) Entender o interpretar (leer el futuro en las cartas, en las líneas de la mano, en una bola de cristal), pasar la vista por el sentido de cualquier otro tipo de lo escrito (el discurso llamado lección) o impreso, comprendiendo (Me has leído el pensamiento) la significación de algo oculto desde los caracteres empleados, un código de signos supersticiosos (dicho de un profesor: Enseñar o explicar a sus oyentes alguna materia sobre un texto) para descubrir por indicios, y otros ejercicios, al público: puede leerse la tristeza en su rostro;

Vivir en el mundo humano no sólo presupone aceptar los términos biológicos, psíquicos y sociales de la condición humana, también exige intentar comprenderlos por las vías de la lectura. Los sentidos de índices, signos y símbolos enriquecen nuestra percepción vital. Heredamos la mayoría de estos sentidos, pero, como las supersticiones, los hacemos nuestros, los personalizamos, creamos nuestras mitologías, y al cabo de unos segundos nos son inprescindibles.

Estas construcciones simbólicas en las que vivimos (como los esqueletos de hormigón de un edificio sin terminar) nos cobijan y nos desorientan. Necesitamos un respiro para centrar el objeto de nuestra búsqueda, un segundo para comprender la dirección de nuestros pasos, un momento de lucidez para repetirnos que nos falta poco tiempo para el fin: ahí reside la necesidad del ;.

; : unificador de relaciones complejas; descanso del guerrero en los pensamientos largos; cadencia del oleaje en la enumeración; menos tajante que el punto; delicado como los suspensivos; con más carácter que la coma; punto y coma: un guía en la lectura.


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